Mantecado Halal de Estepa, a la conquista del mundo
Dos de las trabajadoras de Productos Gamito amasan una enorme bandeja con la mezcla que dará forma a una nueva hornada de mantecados estepeños. A simple vista no hay ninguna diferencia con la textura de otros contenedores que se encuentran en un ala diferente de las instalaciones. Es al llegar a la zona de envasado, al acercarse a las máquinas que envuelven cada uno de los dulces, cuando se distinguen unas letras árabes en los envoltorios, donde se puede leer además el distintivo Halal.
Esta fábrica, con 52 años de elaboración de los dulces navideños a sus espaldas, fue la primera en abrir las puertas de un nuevo mercado con proyección para los tradicionales mantecados y polvorones de Estepa hace ya quince años. Su gerente, José María Gamito, recuerda que «todo comenzó cuando uno de nuestros distribuidores en Melilla, de religión musulmana, nos dio la idea de que si hiciéramos un producto sin la manteca de cerdo nos podríamos abrir a un tipo de consumidor más amplio».
El secretario general del Consejo Regulador Mantecados y Polvorones de Estepa, José María Fernández explica que mediante la certificación del Instituto Halal se garantiza a las personas de credo musulmán «que los alimentos que llevan su sello oficial cumplen los preceptos de esta religión respecto a la comida o la bebida».
Destaca que este sello permite a los mantecados y polvorones estepeños superar barreras para entrar en países donde esta certificación es obligatoria. «La certificación Halal da acceso a más de 57 países emergentes y a más de 1.700 millones de potenciales clientes a nivel mundial (44 millones en Europa), dos millones de ciudadanos musulmanes y otros dos millones de turistas musulmanes en España», desgrana José María a ABC Provincia.
Dulces Gamito ya exporta a Ceuta, Melilla, Marruecos o Emiratos Árabes, pero también a países europeos con un alto porcentaje de población musulmana como Holanda, Alemania, Francia, Bélgica o también España.
En sus instalaciones se realizan dos líneas de producción diferenciadas para los productos tradicionales y los Halal. Estos últimos sustituyen la manteca de cerdo por aceites vegetales como el aceite de oliva, y el alcohol de productos como los roscos de vino por anís. Como en la elaboración de productos sin gluten o lactosa, la separación de alimentos en diferentes zonas de trabajo y máquinas es crucial.
Un musulmán en la fábrica
El saharaui musulmán Mahfloud Abidin Hamadi se ha convertido casi sin darse cuenta en el mayor garante para que se cumplan todos los requisitos Halal. Mahfoud lleva diez años trabajando en Productos Gamito y ya formaba parte de la plantilla cuando la empresa comenzó a hacer las primeras pruebas para crear este nuevo tipo de producto .
Nacido en El Aaiún (Sahara) y de credo musulmán, conoce de manera natural las costumbres y procesos de elaboración y ha servido de correa de transmisión para que sus compañeros entiendan lo importante que es para el consumidor musulmán que se cumplan dichas normas.
«En la fábrica siempre se mantienen por separado los productos. El Halal siempre está en su sitio, no se dejan mezclas de otros productos que usen manteca de cerdo y se guardan en sus propias cámaras bien señalados», explica.
El propio Instituto Halal se encarga cada año de realizar visitas para analizar muestras de los dulces y para comprobar el correcto proceso de elaboración, pero la presencia de Mahfoud ha sido sin duda un motivo extra de seguridad.
BORJA MORENO - ESTEPA - 23/09/2016